Si una maravilla como ésta existe tal cual en nuestro universo, en nuestra realidad, como podremos dejar de asombrarnos ante la belleza de la naturaleza, ante el increible orden existente, ante tanta inteligencia.
La misma inteligencia que borda nuestro ADN encarnado es la que alienta esta galaxia lejana. Por ello podemos aprender a fundir las distancias y ser, serlo todo, también esa luz enorme de su centro.
Cuando nuestra conciencia se expande descubrimos el poder que hay en el ser humano y en la vida... y salimos de esa frustración que envuelve a nuestra especie, esa que nos hace creernos egoistas y destructores; es ahí donde nace la fe, que no es más que la certeza de que somos algo más, algo inmenso y lleno de posibilidades, capaces de conectarnos a través de esa conciencia con la verdad, con el AMOR INTELIGENTE.